¿Arte sin belleza?

Resumen

Para realizar el presente escrito se efectuó una brevísima exploración con el propósito de ver si es posible el arte sin el atributo de la belleza, esa característica tan ampliamente señalada durante los siglos XVIII y XIX. Para esto se practicó un ejercicio de comparación entre la postura artística de las vanguardias y la visión artística de la plástica que la antecedió, esto es, la que comúnmente se denomina “la tradición”. Lo anterior se realizó por medio del análisis de tres obras representativas de las vanguardias -para lo cual se eligieron obras de Marcel Duchamp, pues es uno de los principales representantes del arte de vanguardia-. Lo anterior, con la finalidad de advertir si no contenían elementos propios de la tradición artística que los relacionara directamente con la Belleza. Se encontró que tales obras muestran rasgos y cualidades relacionadas con la belleza atribuida al arte tradicional, pero que tales aspectos no son tenidos en cuenta por las vanguardias en su propia concepción de belleza. Por lo anterior, no se concluyó que la belleza es indispensable para el arte, únicamente se tuvo claro, que, en primer lugar, no es evidente su exclusión; y en segundo, que es necesario precisar en qué sentido y en qué grado fue referido por las vanguardias el concepto de belleza, pues parece que fue referido en un sentido muy limitado, al modo de una sinécdoque.