Publicado 2018-08-31
Palabras clave
- poesía,
- astronomía,
- Fernando Gallego,
- fray Luis,
- Tomás de Aquino
Cómo citar
Resumen
Comienzo este artículo evocando dos firmamentos: primero, el oscuro y estrellado que ha cubierto siempre la meseta castellana; y segundo, el que supuestamente trazó el pintor tardomedieval Fernando Gallego en lo que en alguna ocasión fue la bóveda de la antigua biblioteca de la universidad salmantina, y al pie de la cual seguramente anduvo muchas veces trajinando el fraile agustino Luis de León (1527-1591). Dos cielos tiene entonces la ciudad del Tormes y bajo la advocación de ambos es razonable que el catedrático de Sagrada Escritura haya dispensado a las alturas un sitial preponderante como objeto de su visión del mundo, la vida y lo divino. Independientemente de los consabidos tópicos que hacen del espacio sideral una metáfora del paraíso, la creación y el perfeccionamiento, es difícil pensar que el poeta no se hubiera dejado persuadir por determinados elementos poéticos que pertenecen más al contorno de la sensibilidad que al de la cultura.