La lengua doble
DOI:
https://doi.org/10.60685/filha.v1i2.331Palabras clave:
lengua, palabra, RossetResumen
Este es un diálogo-monólogo, un intento de comprender a Rosset, pla-ticándolo con otro, desdoblándolo, deambular entre lo pasadizos-precipicios o el cuarto de espejos que sus libros delinean en nosotros.
He partido de este diálogo justamente porque creo que con él se abre una pregunta fundamental: ¿Nos sirven acaso las palabras o somos siervos de la lengua? ¿Nos entendemos realmente cuando hablamos? ¿El lenguaje nos comunica y pone en contacto con otras personas o al menos con nosotros mismos?
Creo que no, en el fondo la única respuesta posible a todo in-tento de racionalización es justo ese “¡No, pos si!” con el que se cierra este diálogo. Transmitir emociones, sensaciones, ideas, complejos, lo que sea, siempre queda algo inconcluso o algo dicho de más. ¿Qué nos dice un interlocutor cuando contesta de esta manera? ¿Nos da el avión? ¿Es un irracional y burdo? ¿No es dama o caballero?
Es justamente en estas breves pero duras expresiones donde descubrimos que el pensamiento y el leguaje no pueden llegar tan lejos, más aún, sin piernas que les transporten, no pueden llegar a ningún sitio.