Los límites de una biblioteca particular
Palabras clave:
biblioteca, limites, edgar encinaResumen
Samuel Pepys, inglés que vivió en el siglo XVII, aseguraba que la biblioteca de un caballero debía estar organizada «en pocos libros y en el espacio más reducido», alimentada con los mayores temas que al propietario interesaran y salvaguardando otros que no, porque los libros tienen la obligación de decir lo que se quiere oír y lo que se niega a escuchar. Esta biblioteca debía contener la cantidad precisa de tres mil libros, cifra que media entre el peligroso exceso y la brevedad de lo insustancial. Así, recuerda Joaquín Rodríguez en Bibliofrenia o la pasión irrefrenable por los libros (UACh, 2016), que «La cantidad que Pepys estableció después de una vida delicada al acopo, el coleccionismo, el expurgo y la catalogación, fue de tres mil, cantidad que hoy puede verse integra e inalterable en el Magdalene College de Oxford». Anotación aparte es que la colección poseía el carácter de la inquietud, pues continuamente los ejemplares cambiaban de lugar dependiendo de las exigencias e intereses.